Descripción enviada por el equipo del proyecto. Hasta el verano de 2015, la Confederación Suiza estuvo representada en Costa de Marfil por una embajada situada en el barrio de Plateau en Abiyán, en un piso superior de un edificio de oficinas. Y luego de que en 2013 la Office Fédéral des Constructions et de la Logistique (OFCL: Oficina Federal Suiza para Edificios y Logística) decidió adquirir la antigua residencia del embajador de Noruega en el atractivo barrio de Cocody de la ciudad, con intenciones de renovar y ampliar el edificio existente para albergar su nueva embajada allí.
El edificio se levanta sobre una parcela generosa con magníficos árboles. La villa existente, que data de la década de 1960, era robusta y bien diseñada, su diseño horizontal se divide en unidades estructurales regulares y se abre a los jardines. Por consiguiente, el proyecto consistió en la conversión de una residencia privada en un lugar de trabajo que ejerza una función representativa, una donde será anfitrión el Departamento Federal Suizo de la misión de Asuntos Exteriores, con sus secciones de diplomáticos y consulares, así como una oficina de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (SDC).
El nuevo edificio debía cumplir con los siguientes cuatro objetivos: asegurar que la embajada pueda funcionar de manera efectiva en su nueva configuración; respetar el lugar y la villa existente; tomar en cuenta las condiciones climáticas locales y específicas de Costa de Marfil; y por último, encarnar los valores suizos.
UNA VILLA PÚBLICA / PRIVADA
La importante intervención implicó la ampliación de la villa en el lado de la calle mediante la adición de un nuevo edificio "público" que alberga la sección consular, donde se manejan los visados.
El nuevo edificio expande la villa original, mediante la ampliación de su techo horizontal, creando una nueva fachada pública que se eleva por encima del nivel del suelo y se accede a través de una amplia escalera. La losa de cubierta se apoya en pilares de hormigón, espaciados irregularmente y establecidos en varios ángulos. A medida que los visitantes ascienden por la escalera, estos son recibidos por una amplia galería externa y cubierta. Este espacio actúa como una zona de espera con sombra y también protege la fachada acristalada de la intemperie.
La sala de recepción alargada tiene mesones dedicados a la tramitación de las solicitudes de visado, de ciudadanos Suizos y otros asuntos consulares. El espacio se abre a la entrada del edificio y al verdor de los jardines de la embajada. Cuatro contadores se colocan en la pared del fondo, que se alinea con las tiras de madera marfileña de varias especies diferentes, alternadas con bandas verticales de espejos que reflejan el jardín exterior.
UNA IMAGEN DE SUIZA
La nueva fachada pública tiene por objeto reflejar la fuerza y la diversidad de Suiza, la fuerza de un país que goza de una gran estabilidad política y económica. Los pilares transmiten un sentido de disciplina y sugieren seguridad. Sus formas ligeramente en ángulo, con bordes inclinados hacia el visitante, expresan un elemento de movimiento dentro del sistema, una generosidad de bienvenida que da cabida a la diversidad. Las líneas verticales se ven compensadas por las superficies inclinadas.
MATERIALES MARFILEÑOS
El hormigón en bruto de la construcción hace eco al magnífico patrimonio arquitectónico modernista de Abiyán, construido durante los años 1960 y 1970, y armoniza con la villa original, también de este período. El poder del hormigón y la sensualidad de las maderas de encofrado, impresas en el hormigón, son cualidades de este diseño que pretenden celebrar y restablecer el contexto local de Costa de Marfil. Así como rendir homenaje a los majestuosos edificios del pasado reciente, el uso de este material también se adapta a los recursos locales (grava, arena, cemento y madera de encofrado), lo que reduce la cantidad de materiales importados.
SUIZA - COSTA DE MARFIL
El nuevo muro de atenciones juega un papel clave en el diseño: la interfaz entre el personal consular y los ciudadanos locales o residentes en Suiza. Evoca los intercambios entre los dos países, tanto culturales como económicos, mediante la yuxtaposición de listones de madera de Costa de Marfil con espejos que reflejan el jardín alrededor de los escritorios acristalados.